AQUAMARINA

Mineralogía: el aguamarina pertenece a la familia del berilo. Se forma en las rocas pegmatíticas si el magma es suficientemente rico en berilo. Su característico color verde/azul viene determinado por la presencia de trazas de hierro.

Mitología: el nombre de aguamarina se remonta a la época del Renacimiento, mientras que el berilo azul verdoso se conoce desde la antigüedad. Las antiguas leyendas cuentan que enseñaría a distinguir lo verdadero de lo falso, como el amigo del enemigo; también según la tradición, garantizaría el bienestar, la buena memoria y la claridad mental.

Terapia

Espíritu: favorece el crecimiento interior, la previsión, la clarividencia y la mediumnidad. Hace que uno sea sincero, perseverantemente dinámico y asegura el éxito.

Psique: produce una sensación de ligereza y tranquilidad, infundiendo en el individuo la confianza de que puede lograr cualquier cosa que emprenda.

Mente: elimina la confusión, al tiempo que estimula el deseo de orden es definir las cuestiones no resueltas.

Nivel físico: armoniza la actividad de la hipófisis y de la glándula tiroides, regulando el crecimiento y el equilibrio hormonal. También mejora la vista y alivia la reactividad excesiva del sistema inmunitario. Por tanto, está indicado en los trastornos que afectan a este último y en las alergias, en particular la fiebre del heno.

Utilizar

El aguamarina puede mantenerse en contacto con el cuerpo incluso durante largos periodos. En caso de dolor ocular, debe colocarse directamente sobre los párpados.





Referencia bibliográfica: Michael Gienger, The Art of Healing with Stones. A Manual. Ediciones Chrysalis.